Describir qué es la danza es complicado, o igual lo hacemos complicado nosotros. Yo siempre digo «la danza es una manera maravillosa de expresarse uno mismo». Pero viendo la evolución de los bailes y la historia, podemos decir que es una expresión también de comunidad, de pueblo, no tan individual como parece a simple vista.
Todos necesitamos movernos, movernos nos da energía y hace que nuestro cuerpo funcione mejor. Todo lleva su ritmo. Y nada mejor que para marcar el ritmo que nuestro corazón. Al igual que la música, este se expresa a ritmos diferentes según lo necesita. Lento, sentimental y melancólico; rápido, alegre y tenso. Como nosotros mismos, somos todo corazón.
Qué necesita nuestro corazón para latir? Movimiento. El movimiento de la respiración, de la digestión, de todo nuestro cuerpo.
Y el cerebro, ese órgano que no para de «moverse», de pensar, de maquinar. El vivir en familia, en comunidad, un un mismo pueblo, ciudad, es lo que nos hace expeesarnos para compartir las vivencias de nuestro cuerpo.
Por tanto, necesitamos movernos a ritmo, para expresar y comunicar. Para comunicar con el gesto, con la mirada, con todo nuestro cuerpo.
La danza tiene identidad. Una identidad de pueblo y muy personal. No hay dos personas iguales, no hay dos bailes iguales.
El diálogo que se establece entre bailarines, entre bailarín y público, entre bailarín y naturaleza, entre bailarín y.,…, ¡Tenemos tantas cosa que decir!
Dentro de la danza están los creadores. Todos deberíamos crear. De hecho, inventamos y creamos nuestros pasos para ir a la discoteca o a las fiestas.
En el mundo de la danza ha habido y hay grandes creadores: Antonio «El bailarín», José Antonio, Martha Graham, Isidora Duncan, Antonio Gades, Antonio Najarro, María Pagés, Sara Baras, Carmen Amaya, Marius Petipá, hay tantos! . Merecen su propio artículo.
Muchos de ellos recogen y juegan un papel muy importante en la conservación. Y, es que, nada nace de la nada. El conocimiento, la práctica y la evolución es el proceso clave de la creación.
Estamos en un buen momento para inventar y crear. Si antes salirse de la norma sólo estaba bien visto en los grandes, hoy en día se busca la novedad, y si puede ser, para que se imite y se suba a las redes.
Tanto baile me ha hecho admirar y aprender de los grandes creadores. Porque viendo también se aprende.
Los coreógrafos del Ballet Nacional de España fueron y son grandes referentes. Antonio Ruiz Soler, Antonio El Bailarín, una referencia absoluta de la Danza Española. Grandes creaciones que dieron la vuelta al mundo y cosecharon un gran éxito, llevando nuestra Danza a su máxima gloria. Quiero resaltar su Amor Brujo y su Sombrero de Tres Picos, de Falla. Dos obras con las que he crecido y que he bailado,. Os ánimo a escuchar estas obras y disfrutarla si no la habéis hecho ya.
Muchos de los que hemos estudiado danza española al nivel que sea hemos bailado esas músicas. Famosas, también, sus sonatas, innovador en el estilo flamenco y siempre bailando en sus espectáculos las cuatro disciplinas que componen la danza española.: Danza estilizada, flamenco, escuela bolera y folklore.
Tengo muchas más referentes pero mejor te dejamos para otro blog que esté empieza a ser muy largo.