Mujeres en la danza española

El pasado sábado, un 27 de septiembre de 2022, visité el museo de Mariemma. Es uno de estos lugares que sabes que tienes que visitar y que nunca se encuentra el momento.

El museo se encuentra en Iscar, Valladolid, su ciudad natal. Un precioso museo, con unas maravillosas instalaciones y que me hizo disfrutar. Tuve la suerte de encontrarme allí con Susana Merlo, quien me hizo un recorrido histórico muy detallado de la vida de Mariemma. Que, por cierto, se llama Igual que yo, Guillermina.

Vestidos en el Museo de MariemmaConocer la historia de la danza es importante, saber cómo ha evolucionado nuestra danza, las épocas pasadas en su contexto histórico. Eso nos abre los ojos al presente y nos enseña a valorar nuestra danza.

Y os preguntaréis, ¿quién es Mariemma? Destaca la fecha del 20 de mayo de 1940, donde aparece en el Palacio de la Música de Barcelona. Allí, actúan bailarinas “desconocidas”, ella se encuentra entre ellas.

Mariemma regresa a España huyendo de la guerra de París. Nació en Iscar pero a la edad de dos años se marcha a vivir a Paris. Estudia allí con Mme. Gontcharova del teatro de Chatelet. Primera bailarina del ballet infantil a la edad de once años. Toma clases con el maestro Miralles de baile español, tiene una base muy sólida de ballet clásico, para luego venir a España y perfeccionarse con los maestros Reyes y Estampío. Conocerá, también, a Carmen Amaya a quien admira muchísimo y las dos comparten aprendizajes. Absorbe todo lo que aprende de sus maestros y de los bailarines que admira.

Mariemma destaca, es una revelación, y empieza a triunfar. Ella es enérgica, rápida, suave y elegante, su baile tiene mucho dinamismo. Se aprecia su escuela clásica de París aplicada al baile español, pero ella baila de una manera fluida, sin parecer una alumna de academia.

Entre sus bailes encontramos el “Polo” y “Triana” de Albéniz, “Bolero Clásico” donde se puede apreciar su destreza técnica. Sus trenzados de pies destacan en estos bailes boleros.

Su “Danza del Terror”, “Perfumes de España”, “Córdoba” “Estampas de España”, Mariemma destaca y llegará a ser una de las bailarinas más ilustres.

En 1942, Mariemma triunfa en París con “Caprichos” y en España, ensalza el valor del folklore en “Camperola”, sardana de Toldrá, bailando con mucho respeto el folklore catalán. Los mismo con su creación inimitable de las “Danzas Vascas”, ella triunfa vestida de hombre, con su fajín y su boina roja, que se encuentran en el museo. Ella es la encargada de incorporar el “pas de basque” a la escuela clásica.

Museo de MariemmaBaila también la “Mazurca” de Bretón, “Verbena de la Paloma”. No se deja ningún palo. El baile español no es exclusivo de los flamencos, el baile español no es flamenco. Hay bailaoras pero también bailarinas. Ella es el artífice de la diferenciación clara de los estilos de la Danza Española: Escuela Bolera, Folklore, Danza Estilizada y Flamenco. Su dominio de las castañuelas ensalza el baile clásico español, el “olé de la Curra”, la “Cachucha”, el bolero y las seguidillas.

En 1943, baila también el fragmento del “Corregidor y las uvas”, Obra de Falla del Sombreo de tres Picos,. Interpreta a una molinera traviesa y juguetona fiel al libro de Alarcón. Se viste con las mismas telas de colores coloniales de Antonia Mercé, con el traje heredado. Pero ella es una bailarina muy completa, por ello baila, también, con Guitarra por Alegrías y triunfa con un Tango flamenco.

Triunfa por el mundo con su baile español. Muchas son las celebridades que acompañaron a Mariemma a lo largo de su carrera artística, entre ellos debemos destacar la figura de su eterno acompañante, el gran pianista Enrique Luzurriaga.

No debemos olvidar su importante papel en los conservatorios de Danza de Madrid, mejorando el sistema de enseñanza.

Se puede hablar muy largo y tendido sobre Mariemma. Yo la conocí, ya muy mayor, pero sin duda fue una mujer fuerte, luchadora, amaba la danza española y le dio la importancia que se merece por el mundo entero. Tenemos una danza única, que en ocasiones no sabemos valorar y tenemos en nuestras manos la obligación de transmitir, enseñar, valorar y conservar nuestra danza. Por tanto, aquí, mi granito de arena.