Guillermina de Debedoya de niña

Comienzo hoy a crear la primera entrada de mi blog. Y no es nada fácil elegir tema. Allá vamos!

La semana que viene será mi cumpleaños.Aprovecho para hacer algo en el estudio y la verdad es que emociona pasar ese día con amigos alrededor. También puede uno echar la vista atrás y hacer un resumen de su vida. En lo que profesionalmente se refiere, creo que elegí la profesión correcta. Siempre es importante el apoyo de la familia, eso hace más fácil superar las derrotas.

Mi abuela Isabel, de Ronda, se sentaba conmigo y tocábamos las castañuelas. Mujer elegante, que nos contaba historias de su vida que parecían cuentos maravillosos, que tocaba el violín y el piano, y me hizo redecillas de pelo para mis pequeños moños de baile, fue «culpable» de que yo empezara a conocer la danza española.

A los 8 años comencé a examinarme en el conservatorio, eran aquellos tiempos en los que tu maestra te preparaba el programa de los exámenes, tu ibas al conservatorio y te examinabas. Ahora todo es distinto para sacar un titulo oficial tienes que estar en el conservatorio y desde muy pequeña un montón de horas diarias y luego están los títulos privados, que incorporaré próximamente en mi escuela. Siempre hay gente extraordinaria y con mucho amor propio, como decía mi maestra, para esta profesión.

Fui vecina de Maite León quien me traía a casa desde su academia y de quien me atrajo la expresividad de unas manos maravillosas, su vitalidad y ganas de bailar. Más tarde fue la creadora de la Fundación Psico Ballet, realizando una gran labor pues ella tenía una hija discapacitada psíquica.

Rocío Aragón, hermana de los famosos payasos de la tele, mi gran maestra, quien me inculcó la fuerza, el amor propio y quien preparó mi carrera. A ella le debo la creatividad en las coreografías, el permitirme conocer a maestros como el catedrático de Alicante José Espadero y a sentirme muy viva mientras bailaba, a poder expresar todo lo que yo llevaba dentro. Responsable de que mientras bailo me sienta más fuerte, más segura, más maravillosa.

A partir de los 15 años, cuando terminé la carrera en el conservatorio, me fui introduciendo más en el mundo de la danza. Pero esos años anteriores en los que no te das mucha cuenta de lo que pasa y de cómo las personas que te rodean influyen en tu vida, fueron los más decisivos para que yo eligiera mi profesión.