Si algo tenemos que tener en cuenta, es que no existe una manera correcta o incorrecta de bailar. Por lo tanto, es un desafío muy grande para el maestro enseñar a los alumnos y para ello la experiencia es un grado, como se suele decir.
¿Y de que se trata? ¿Cuál es el fin del maestro? Que el alumno/bailarín sea independiente. No lo comparo a ser padre, pero tendría bastantes similitudes.
¿Y de que se trata, también? De conocerse a uno mismo, de aceptarse y de decidir cómo se quiere ser.
Pero todo esto no llega ni pronto, ni fácil. Todos recordamos como algunos recuerdos de muy pequeños han cambiado el “posible” curso de nuestra vida.
Por ejemplo: a mí, de pequeña, cantando villancicos la profesora preguntó que quien desafinaba, y me señaló. Ese momento tan tonto, junto con algún otro hizo que yo no quisiera cantar, y hoy en día no canto. Me encanta escuchar, pero no canto.
Hay muchos cantantes a los que les dijeron que no servían para cantar, y su empeño les hizo alzarse con el éxito. Por tanto, no todo condiciona.
Rosalía es uno de los ejemplos más recientes. Quien fue desacreditada por el jurado de “Tú si que vales” por desafinar.
Así también, Beyoncé o Justin Bieber, que tuvieron unos inicios que no les hacía augurar el futuro que les esperaba.
Cristina Aguilera fue otro ejemplo en el que en su infancia fue rechazada.
Y qué decir de Montserrat Caballé. Sus comienzos fueron difíciles. Un profesor de canto. Con el que audicionó, le dijo: «Cásese, tenga hijos y dedíquese a labores del hogar, porque no tiene futuro en el canto»
Por lo tanto, no se puede decir correcto o incorrecto. Y si no es un camino es otro, la vida nos va llevando. Yo no pensé dedicarme nunca profesionalmente al baile, y la vida me fue llevando, a veces no hay que pensar tanto.
Conocer cuáles son tus puntos fuertes, cuáles son tus puntos débiles, gestionar tus errores. Leer, aprender, observar, luchar, confiar, tener amor propio, tener fe, tener paciencia, constancia, sacrificio y sobre todo ser feliz. Si no te hace feliz, busca otra cosa.
En la vida como en el baile, hay que estar siempre atento, estar alerta corrigiendo errores para ser cada vez un poco mejor, acondicionando nuestro ser y nuestro cuerpo al momento que estamos viviendo.
Y con los errores se aprende, digo que, si se aprende, más que de los éxitos. Y los errores te hacen estar alerta. Por tanto, los errores son buenos.
“Lo perfecto es enemigo de lo bueno”, frase de Voltaire. Es preferible avanzar haciendo cosas con un buen resultado en un tiempo razonable antes que dedicar a una tarea un tiempo excesivo esperando alcanzar un resultado perfecto.
No es sano buscar la perfección, porque la perfección no existe. Se caerá entonces en la falta de autoestima y en no aceptarse a uno mismo. Yo soy bastante incorrecta.
Pero tampoco nos vayamos al extremo contrario. Y yo ya, para que…, con mi edad .., no tengo tiempo…., con los kilos que me sobran…., con este cuerpo…., soy una descoordinada…, a mí no se me dio nunca bien bailar…, ya me gustaría bailar como tú…, a mí me hubiera gustado bailar cuando era pequeña…, yo bailé de joven pero ahora…, etc
Baila, aceptaté, quiérete, acepta a los demás y, sobre todo, sé feliz, que el tiempo pasa.