Bailar después de lo 50 años

Si los 30 años es una edad muy significativa en las mujeres, ya que parece que acaba una etapa, la de esa adolescencia que se prolonga, esas ganas de juerga, de fiesta, esa juventud que parece eterna, esa, todavía, rebeldía permitida; a los 50 parece que comienza otra nueva etapa.

Muchas mujeres que han sido modelos, en cuanto a belleza y estado de forma, me encanta el ejemplo de Jane Fonda, yo veía sus videos y envidiaba sus piernas, también cumplen los 50 y más. Y nos damos cuenta que por mucho que uno no quiera, el tiempo pasa y vemos que pasa para nuestro físico, también.

Tras mi divorcio, a los 40, otra edad crítica, se llega a pensar que ya ha pasado el “tiempo bueno” y que ¡qué rabia! Podía haberlo aprovechado mejor.

Tuve la suerte de ponerme en contacto con una escuela de coaching, aprendí muchas cosas. Contando alguna de mis experiencias y lo que sentía en esos momentos, el profesor contó que Margot Fonteyn nacida en Inglaterra en 1919, conoce  en 1962, a sus 43 años, a Rudolf Nureyev, bailarín ruso que acababa de desertar de su país y había fijado su residencia en Londres, era un momento en el que su carrera empezaba a declinar y , además, estamos hablando de una época en la que tener más de 40 años, eran ya muchos años y más para una bailarina.

Ellos empiezan a bailar juntos y son alabados por todo el mundo, tanto por su impecable interpretación de los ballets de repertorio tradicional como por las coreografías que se crearon especialmente para ellos.

Estas cosas que te cuentan te hacen reflexionar, pero como hoy en día todo está muy mediatizado y, digámoslo así, muy falseado, uno piensa que eso no te puede pasar a ti.

Y no es que una quiera ser primera bailarina y que me conozcan en el mundo entero, por qué no, pero sí poder tener buenos proyectos, si bailar y triunfar en los escenarios, aunque sean más pequeños.

Quién me lo iba a decir a mí, los escenarios, las clases, los proyectos de Formación, volver a desempolvar libros, apuntes, videos, a los 40 y muchos y a los 50, y cumpliendo.

Sólo hay que querer y trabajar mucho. Pero en ese querer entra también la pereza, el desánimo, el bloqueo, el cansancio. Bueno, así es la vida

5 motivos para bailar, también, a partir de los 50:

  1. Bailar te hace sentir mejor, el movimiento hace que tu cuerpo se ejercite y que tu movimiento sea más fluido. Eso mejora la vida cotidiana.
  2. Bailar equilibra el cuerpo, esos cambios de peso con movimiento, fuerzan al cuerpo a equilibrarse. Con el paso del tiempo nuestro cuerpo se desequilibra y nos apoyamos más en un lado que en otro. Tenemos las fuerzas musculares mal repartidas
  3. Conseguiremos o mantendremos una posición del cuerpo más erguida. Aparte de que esta posición evite dolores de espalda, una posición erguida da seguridad, optimismo y evita estados depresivos, favoreciendo la alegría.
  4. Nuestros órganos se moverán y su actividad será mejor. Un buen funcionamiento de nuestros órganos nos hará sentir mejor. Uno de los más “vistosos”, el intestinal
  5. Bailar proporciona energía, esas endorfinas, las hormonas de la felicidad y otros “mensajeros químicos” se activan y nos sentimos mejor.

Recuerda, los años pasan y se pasa mejor bailando. Baila con regularidad y tú, los de alrededor y tu vida cotidiana se verán beneficiados.

Yo ya tengo 50.